Autopista 25 de mayo

Definida bajo la sigla AU1, la autopista 25 de Mayo abarca desde la finalización de autopista Dellepiane, en la intersección de avenida Teniente General Luis J. Dellepiane y Lacarra con la autopista Perito Moreno, hasta finalizar en avenida Ingeniero Huergo, conectando a su vez, con la autopista Buenos Aires-La Plata…


La misma presenta una longitud de 10 Km., y cuenta con dos peajes: el Dellepiane, situado en Dellepiane y Lacarra, y el peaje Alberti, sobre calle Alberti y bajo la autopista, ambos por donde transitan miles de personas por día, y millones en temporada de turismo local e internacional. Cabe destacar que este último, posee el ingreso por Huergo y egreso por la misma zona, siendo ambas de peaje, mientras que el tramo Huergo-Entre Ríos, es libre y gratuito.

La 25 de Mayo está considerada una de las principales autopistas de disposición urbana más importantes de la ciudad de Buenos Aires, inaugurada el 6 de diciembre de 1980, en representación del intendente de facto, Osvaldo Cacciatore.

Algunas de las características que presenta la vigente autopista, es su orientación de oeste a este, en donde cada una de ellas, responde a determinados rumbos: la dirección oeste comprende la avenida Teniente G. Luis J. Dellepiane y autopista Perito Moreno, y al este, autopista Ricardo Balbín (ruta nacional 1), atravesando los tradicionales barrios de Parque Avellaneda, Flores, San Telmo, San Cristóbal, Boedo y parque Chacabuco. Además, corta a las avenidas Lafuente, Eva Perón, La Plata, Boedo, Avenida Jujuy, Carabobo, Entre Ríos, 9 de Julio y paseo Colon.

Con respecto a los accesos cercanos disponibles a las avenidas son las calles 9 de Julio, Jujuy, Entre Ríos, Boedo, La Plata y Carabobo.

Ya a comienzos de 1978, las autoridades de la municipalidad de Buenos Aires, al mando del intendente Cacciatore (de facto), se pone en marcha el plan de autopistas urbanas, basado en la posterior construcción de ocho autopistas que atravesarían diferentes sectores de la capital.

Esta situación trajo aparejada numerosas consecuencias negativas para los vecinos y propietarios de los terrenos que siendo sus viviendas, debían abandonarlas para cederlas en beneficio de las inminentes obras, a cambio de la adjudicación de créditos y otras promesas incumplidas. Aunque no obstante, esto no quedo allí, sino que además, se perdieron espacios públicos, tales como los terrenos que conformaban a la plaza Martín Fierro, parque Chacabuco y Avellaneda.

Las obras, financiadas por créditos otorgados por organismos privados de índole internacional, que dicho sea de paso, denunciaron malversación de fondos y otras cuestiones de connotación ilícita, hecho que conllevo a que sólo dos de ellas se concluyeran y posteriormente, se inauguraran, tal es el caso de la 25 de mayo y Perito Moreno.


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