Barrio de Flores

El barrio se caracteriza por sus casas y esquinas, que al igual que los sitios que aún persisten en el presente, han sabido cosechar un fuerte sentimiento de arraigo y espíritu propio, al punto de ser considerado uno de los más tradicionales de la ciudad de Buenos Aires…


Se encuentra limitado geográficamente, por las calles y avenidas Gaona, Directorio, Carabobo, Camilo Torres, Donato Álvarez, Cura ligué, Norberto de la Riestra, Castañares, cuenca, Dellepiane, Perito Moreno y Lacarra.

En la actualidad, es posible todavía encontrar entre la multitud del barrio, algunas casas de una o dos plantas, que exhiben en sus fachadas, variados estilos, tales como el neocolonial, academicismo, Art deco que hacen a las antiguas quintas veraniegas, mientras se confunden en el paisaje, las modernas y gigantescas torres de departamentos de tipo lofts, y los clásicos, con gente que vive intensamente.

Algunas de las personalidades que podemos citar en torno a que han pisado las quintas enormes, son Juan Manuel de Rosas, dueño de una propiedad cerca de Flores, y visitante asiduo de la familia Terrero. También, tuvo su protagonismo el Gral. Urquiza, quien poseía una quinta en el barrio, a la que luego le siguió los pasos Caseros, propietario del “palacio de San José”, así como la del ingles Eduardo Mulhall, llamada “Lambaré”, en honor al cacique. Numerosas familias de diferentes y particulares características se instalaron en la zona de Flores para echar raíces y constituir sus bases, como el caso de armenios en dirección sur, un grupo de la comunidad judía, vascos que se agruparon cerca de la estación, que con sus típicas alpargatas, boinas negras y pantalones, los hombres solían frecuentar los boliches y pulperías en auge.

Su historia

La historia de su denominación oficial, proviene de un nombre compuesto, donde “san José”, se refiere al patrono que fuera seleccionado para proteger la primera capilla de la zona, y el apellido del hombre era Flores, quien decidió donar parte de sus bienes en tierras que colaborarían años más tarde, en formalizar el barrio.

En el año 1857, se da inicio a la inauguración de la primera línea de ferrocarril, destacado medio de transporte de la época, atravesando desde plaza Lavalle hasta La floresta. Bajo la ley nº 408, sancionada el 15/07/2000, por decisión de la legislatura de la ciudad porteña, se establece al 31 de mayo como el “Día del Barrio Flores”.

Sus calles principales

Relevante resulta la avenida Rivadavia, antiguamente llamada camino real, que concentra gran parte del rubro comercial y transito urbano, dividiendo Flores Norte de su zona sur.

La parte norte se caracteriza por contener al casco fundacional del barrio, y la parte sur, considerada zona baja, es denominada como bajo Flores, representada por la clase pobre.

En torno a la basílica de San José, una de los destacados templos católicos, que muestra un estilo arquitectónico romántico y columnas jónico corintias, establecida en Av. Rivadavia 6950, se encuentran tres pasajes peatonales, conformados por las calles Espejo, Pescadores y Slala.

Destacan por su parte, las calles Artigas, Yerbal y Cayetano, en honor al santo, y la plaza Flores, situada sobre la avenida Rivadavia.

Refugio de generaciones de otras culturas ha de ser el barrio, que por su atractivo, logró retener a familias enteras que han construido allí, templos religiosos, como la sinagoga de la calle Morón al 3000, escuelas “Maimónides” y “Puertas de Sion” con sinagoga incluida en Helguera 354.

Plazas, iglesias, monumentos…..

La plaza General Pueyrredón, limitada por la avenida Rivadavia, Artigas, Cayetano y Yerbal, es más comúnmente llamada plaza de flores, donde en época de Rosas, se construyen jardines, plantan árboles y ofrece un espacio público.

Iglesias de gran importancia como la Basílica de San José de Flores, Nuestra señora de la Misericordia, sobre directorio 2118, o Santa Clara, en calle Zuviría 2631. El único cementerio de la zona, establecido desde 1807, el cual se ubica entre las calles Varela, Castañares, Lafuente y Barbastro.

Y numerosos cafés que invitan con afectuosidad y atención, a los clientes permanentes y los que transitan tan sólo una vez por su puerta, como el café Colón, sobre calle Artigas, que ha contado con la presencia de poetas como Vedani, autor del tango “adiós muchachos”, la confitería La perla, donde el famoso escritor Julio Cortázar escribió el cuento “ lugar llamado Kindberg”, o bien, que acogió a Roberto Arlt, otro prestigioso literato que sobre la mesa del Café de las orquídeas, ideó “ el juguete rabioso”.

Otras plazas que invitan al descanso y unión de familias, padres e hijos, parejas demostrando su amor, sobre el césped de la plaza Aramburu, en Avellaneda y Donato Álvarez, la plaza de la Misericordia, en Av. Directorio y Lautaro, famosa por la calesita de Quique.


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