El juego del Truco

El Truco es una de las mejores excusas de los argentinos para reunirse con amigos y divertirse. Es el verdadero “deporte nacional”. En sí, el juego no goza de grandes estrategias en su reglamentación, pues las cartas altas o bajas se otorgan al azar a los jugadores. El sentido del Truco es poner en práctica los dotes actorales para engañar a sus contrincantes…


Ganar el juego se trata de emplear “trucos” de tal manera que el oponente especule erróneamente sobre nuestras cartas. No es simple cuestión de suerte.

Su pasado

Este juego es originario de los árabes, siendo que el término “truco” es una modalidad del idioma allí empleado de “truk” o “turch”, que significaría justamente truco o astucia.

Se presume que los moros transfirieron el Truco a los españoles, instalándose especialmente en Valencia, Cataluña, Aragón y las Islas Baleares.

En el periodo colonial, los inmigrantes que se asentaron en el Virreinato del Río de la Plata, popularizaron el juego en nuestro país y en Uruguay, con algunas variaciones de acuerdo a la región. En la actualidad, se juega con las llamadas barajas españolas, a las que se quitan los ochos y nueves, preferentemente en cantidades pares de personas que se agrupan y enfrentan para alcanzar la mayor cantidad de puntos.

Anotaciones

Truco, Retruco, Quiero retruco, Envido, Falta envido, Flor, son términos que ningún argentino desconoce, pues ya sus antepasados se dedicaban a este pasatiempo.

Los buenos jugadores siempre abundan en las familias, que transmiten las señas y engaños de generación en generación. Luego cada uno le añade sus picardías y marcas propias, llevando “la trampa” a su máxima expresión.

El Truco es uno de los únicos juegos en que se permite, y hasta se estipula, que el oponente comete fraude. La cuestión es quién logra sacarle mayor provecho a cada ronda.

En ocasiones, para agregarle mayor emoción, se incluyen apuestas por dinero, aunque el verdadero significado del Truco es la diversión.

Ya sea entre familiares o amigos, luego del almuerzo, la cena o la siesta, con porotos, fósforos o anotaciones, este juego provoca el entusiasmo de todos y ayuda a compartir momentos amenos.

Retrucos

Si la persona es afortunada, tendrá en sus manos un ancho de espada o de bastos, y la jugada ganadora es casi segura. De todas maneras, nunca debe confiarse en ello, pues el sentido del Truco es que podemos ser engañados y se puede perder aún con las mejores cartas.

Todos los recursos para confundir al contrincante son bienvenidos. De hecho existen trucos de trucos. Por ejemplo, las señas son una estrategia, pero pueden emplearse señas falsas.

La clave es entrar en la mente del oponente. Otra picardía es lograr que el adversario entienda que hemos cantado “truco”, cuando en realidad empleamos otra palabra como expresión como “turco”, “bueno” o “dale” en una clara aceptación de algo no cantado y que lleva a los distraídos a caer en la confusión..

Gracias al envido, podemos llegar a adivinar las cartas que posee el otro. Al finalizar la ronda, debemos recordar pedir la exposición de las cartas para confirmar la veracidad de ese envido o flor.


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