En los primeros momentos en que se vislumbraba el nacimiento de la feria, no existía sobre esta, un control municipal con sus correspondientes normas como las que actualmente deberían estar cumpliéndose por ambas partes, tanto sean las autoridades del municipio porteño como también, los artesanos.
Localizada entre las Av. Pueyrredón y Av. del Libertador, los representantes y artículos expuestos, esperan expectantes la llegada de la gente durante los días sábados, domingos y feriados, en el horario de 11:00 a 20:00 hs.
La feria se encuentra rodeada de un conjunto de añejos árboles y arbustos que tiñen el paisaje de distintas tonalidades verdes, pintando de color a los numerosos museos de arte, centro cultural, histórico y de exposiciones.
Con aprox. unos 140 puestos, la feria y en particular, el grupo de artesanos, exponen los objetos de diversos colores, texturas, formas y materiales que se clasifican en determinados rubros: metal, cuero, madera, cerámica, caña, vidrio, modelado, plástica, telar y tela, y varios instrumentos musicales, caleidoscopios, etc.
Cabe resaltar que, según afirman los entendidos del arte, si es que esta expresión múltiple y universal necesitara teoría alguna, sobresalen todos los objetos creados en base a materiales genuinos y atrayentes como lo son el cuero y el metal.
El sentido generalizado de los artesanos, se refleja principalmente en que viven bajo efecto de enamoramiento y fervor, sintiendo con el corazón, fervor y sienten con el corazón, y en un segundo plano, se dedican a trabajar en forma cotidiana, en el mano a mano con la gente, construyendo con la misma, el ejercicio de la profesión.
La esencia, los sentimientos, costumbres, la historia personal, el pensamiento ético y moral de cada artista, queda expresado en forma directa y tangible, en las características generales de la pieza creada: diseño, forma, color y rubro al que pertenece dicho objeto a la venta.
En esta ocasión, a comparación de otros tipos de ferias, donde lo que se pone en juego es la necesidad y por ende, la posibilidad de difundir las ideas, costumbres y creaciones de todas partes del país como herramienta unificadora, aquí se respira identidad, cultura y diseño exclusivamente porteño.
Además de la feria, es recomendable acercarse a la Plaza Francia y disfrutar de los variados espectáculos callejeros que generan los artistas de corazón -mimos, titiriteros, malabaristas y músicos-, aquellos que demuestran a plena luz del día, no sólo sus destrezas físicas y emocionales, sino también, uno de los componentes básicos de la democracia: la libertad.
Como llegar
Colectivos:
10, 17, 37, 41, 59, 60, 61, 62, 67, 92,93, 95, 101, 102, 108, 110, 118, 124 y 130.
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