Paseo Colón tiene su recorrido en la parte más antigua de la ciudad, más precisamente sobre el bajo porteño paralela al Río de la Plata. Es una arteria de mucho caudal de tráfico ya que si se la tomara como una única arteria, pese a sus cambios de nombre comunica el sur el Gran Buenos Aires con el norte.
La Avenida Paseo Colón surgió hacia fines de la década de 1870, como un pequeño paseo de forma irregular, en la costa misma del Río de la Plata, junto al cual corría el viaducto del Ferrocarril Buenos Aires a Ensenada (en La Plata). Sin embargo, a partir de 1887, se comenzó el depositar en la zona los escombros y de tierra de las obras de la ciudad, con lo cual se le fue ganando terreno al río para la creación del Puerto Madero y las dársenas.
A partir de allí el Paseo Colón se quedó varias cuadras alejado del río, fue adoquinado, y se construyó un boulevard que todavía existe. El viaducto del Ferrocarril a Ensenada, adquirido por el Ferrocarril del Sud, fue desmontado y se niveló la calzada.
La Av. Paseo Colón nace desde la fachada este de la Casa Rosada. El tramo de los primeros 100 metros de la avenida está peatonalizado desde comienzos de la década de 1980, cuando se decidió excavar bajo la calzada para descubrir nuevamente los restos del subsuelo de la Aduana de Taylor, construida en 1855. Desde ese momento el tránsito vehicular fue desviado por la remodelada y ensanchada Avenida de la Rábida, que circunvala el Parque Colón. También corre paralela a la Av. 9 de Julio.
Donde finaliza, del lado oeste se emplaza el Parque Lezama, una de las barrancas más pronunciada de la meseta sobre la cual se asienta Buenos Aires. Estos terrenos pertenecieron a comienzos del siglo XIX a inmigrantes ingleses, y hacia 1850 fueron comprados por Gregorio Lezama, cuya viuda los vendió con la voluntad de que fuera creado un espacio público con el nombre de su esposo.
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